Perros y gatos han estado presentes a lo largo de la historia en la vida de los seres humanos. En algunas culturas los felinos eran vistos como seres divinos, como en el caso del antiguo Egipto y en otras, por el contrario, eran símbolo de brujería o maldad. Los perros, en cambio, han desempeñado varios roles como el de guardián, pastor, cazador, entre otros. A día de hoy tanto gatos como perros son considerados la mejor compañía del ser humano.

Pero… ¿simplemente son mascotas? A continuación, mencionamos algunas investigaciones relacionadas con el papel que pueden desempeñar estos animales con algunos colectivos:

Niños/as con autismo

A través de su investigación, la Universidad de Missouri (EEUU) ha concluido que además de los perros, los gatos también generan beneficios incrementando la empatía y disminuyendo la ansiedad de los niños/as con autismo, mejorando sus relaciones sociales. Esto se consigue gracias al vínculo que se crea entre el niño/a y el animal, dónde el pequeño/a se siente aceptado incondicionalmente sin ser juzgado por el animal.

Personas mayores

Gracias a un estudio piloto realizado en una residencia de Armunia utilizando un Husky Siberiano como parte del equipo terapéutico, se ha podido comprobar algunos de los beneficios que puede aportar la terapia asistida con perros. Estos beneficios son físicos, psicológicos y sociales. La interacción establecida entre los mayores y el animal  causa que el sentimiento de soledad disminuya, haciendo que las personas se sientan más alegres y animadas, fomentando de tal manera la comunicación tanto verbal como no verbal.

Enfermedades mentales

Una investigación realizada en la Universidad de Manchester ha concluido que la compañía de un perro disminuye el nivel de soledad de personas con enfermedades mentales, sintiéndose aceptados, como sucede en niños/as con autismo. Gracias al fuerte vínculo de afecto que se crea y el apoyo que proporcionan, ayudan a superar crisis emocionales aportando calma y haciendo que las personas que padecen enfermedades mentales se alejen de escuchar voces o pensamientos suicidas como consecuencia de la enfermedad.

Interesante, ¿no?

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